Con 60 toneladas de peso y una composición del 82% de hierro y el 18% de níquel, es el pedazo de hierro más grande del mundo que se ha formado de manera natural. Fue descubierto en 1920 por un granjero en una localidad conocida como Hoba West en la actual Namibia cuando su arado chocó contra algo que emitió un sonido metálico. Tras desenterrarlo, el gobierno local decidió que no podía mover el meteorito del sitio por su enorme masa por lo que decidió dejarlo en el lugar.
Se estima que hace unos 80.000 años el meteorito impactó contra el suelo terrestre a una muy baja velocidad, lo que podría explicar la extraña razón de porqué no produjo ningún cráter al chocar contra la superficie del planeta. Su edad se estima entre 400 y 200 millones de años.
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